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Acuariofilia, recrear un espacio acuático en el entorno doméstico

Podemos definir la acuariofilia como el arte de recrear espacios acuáticos o ecosistemas para el albergue de peces de acuario. En la actualidad es un hobby bastante demandado por la comodidad de adquirir un tipo de mascota o animal de compañía que requiere poco espacio y trabajo, si se compara con otros animales domésticos tradicionales como puede ser el perro o el gato.

La acuariofilia es buena para la salud

La acuariofilia o mantenimiento y cría de peces en el entorno doméstico representa una actividad de ocio pausada y relajada, en la medida que son animales para observarlo, no existe un contacto tan directo como el que se puede tener con otro tipo de mascotas, no obstante, estudios realizados por numerosos expertos avalan efectos terapéuticos para la salud, ya que la tenencia de un acuario para el albergue de peces aminora el estrés y produce efectos relajantes, si se tiene en cuenta que el aficionado puede pasar largos periodos de tiempo en estado de observación, una paz y tranquilidad que sin lugar a dudas es difícil encontrar en el medio urbano tal y como se concibe en la actualidad.

Historia de la acuariofilia

Desde tiempos lejanos, el hombre prehistórico tuvo interés por alimentos procedentes del agua, en un primer momento capturaba invertebrados que eran manipulados a través de piedras filosas, a medida que iba evolucionando comenzó a utilizar medios más sofisticados como flechas o lanzas que le posibilitaban apresar otras especies acuáticas, especialmente peces . El consumo de pescado empezó a cobrar importancia sobre todo con el surgimiento de las civilizaciones, la demanda comenzó a incrementarse y ante la ausencia de métodos sofisticados para su captura, se crearon pequeñas charcas o estanques dedicadas a la cría de estos animales, en cierta medida surge lo que hoy se conoce como acuicultura.

Como hemos podido comprobar la acuarifilia no es una actividad moderna, ya que desde tiempos remotos existía gran afición en cuanto el mantenimiento de peces, aunque orientado a una utilidad práctica o provechosa: su función principal el consumo humano. Aunque también tenía otras finalidades, por ejemplo, en el Antiguo Egipto ya se criaban ciertas especies de peces del género Oreochromis, especialmente con finalidad encaminada al culto religioso. También desde el punto de vista ornamental, otras culturas griegas o incluso japonesas fueron los pioneros en el cultivo de ostras para la extracción de perlas.

China fue un gran precursor de la carpicultura, desarrolló programas para el cultivo de peces de colores con fines ornamentales, destacando algunas variedades como las tradicionales carpas koi, estos animales se mantenían en estanques e incluso en recipientes de cerámica, sin duda una aproximación al mundo de la acuariofilia; comenzaron a surgir ricas variedades de peces de colores, su exportación a otros países potenció su afición en cuanto a la cría y selección de estos animales.

Roma también jugó un papel importante sobre todo por el papel comercial que representaba la pesca para los romanos. Columela se especializó en escritos en el que clasificaba los peces aptos para acuicultura, igualmente confeccionó ciertos textos especializados en crianza, oxigenación del agua o la propia alimentación de los peces.

Los primeros acuarios. Acuicultura de ornato

La acuicultura de ornato o el arte de recrear un espacio natural para peces, es decir, la acuariofilia, comenzó a tener su esplendor con aquellos construidos para ser observados por el púbico, destacando el Regent’s Park de Londres en 1853, el construido por Société d’Aclimatatio de Paris en el año 1861, Alemania (Hamburgo) también construyó su propio acuario en 1869, al que le siguieron otros tantos cada vez más sofisticados y en cierta manera supliendo las carencias de los pioneros, en los que el agua era introducida directamente de su estado natural, dado que adolecían de accesorios relacionados con filtraje, tratamiento y oxigenación requerida por los peces ornamentales.

El éxito de la acuariofilia

Fue a partir de 1948 cuando la acuariofilia comenzó a tener su gran esplendor, comenzaron a editarse las primeras revistas más especializadas, sobre todo en Alemania, Francia y Estados Unidos (Datzm, L’aquarium et les Poissons, Tropical Fish Hobbyst, etc.), ya en el año 1953 se constituyó la primera federación de acuariofilia (Word Federation of Aquarists), que sin lugar a dudas enriquecería e impulsaría el conocimiento y la expansión de los peces ornamentales.

Ya en tiempos más actuales, los aficionados a la acuariofilia comenzaron  a demandar otras especies de peces tropicales, aunque existía un elevado grado de dificultad en cuanto su conservación y mantenimiento, pues no se disponían de medios que pudiese suplir las condiciones que estos animales requieren en el medio natural, por esa razón se empezaron a desarrollar e inventar accesorios destinados a conservar con éxito numerosas especies de peces tropicales.

Con el trascurso de los años, los acuarios comenzaron a ser más sofisticados, sus accesorios se modernizaron, hasta llegar a tiempos actuales, en el que la recreación de un espacio artificial con un ecosistema apto para la supervivencia de los peces es una tarea bastante más fácil, pues se ha avanzado mucho en el campo de la acuariofilia, los medios son mucho más sofisticados, no cabe duda que la supervivencia de peces e invertebrados acuáticos, tanto de agua dulce como salada, en un ambiente doméstico está asegurada.

Ictiología y acuariofilia

La ciencia que se encarga del estudio de los peces se denomina ictiología, la cual analiza en profundidad su ciclo biológico, los clasifica taxonómicamente, observa sus comportamientos, en definitiva, es una ciencia no exenta de duros trabajos y complicaciones debido a la gran diversidad de peces e invertebrados acuáticos, tanto marinos como de agua dulce, por esa razón, la acuariofilia es en cierta medida un aliado de la ictiología, sobre todo para conocer mejor muchas especies que en su estado natural se hace una tarea difícil y en ocasiones imposible. Mantener esos peces en un recinto que recree su hábitat, es positivo para que los ictiólogos enriquezcan sus conocimientos en el entrañado mundo que existen debajo del agua.

Los avances en esta línea han sido muy importante hasta el punto de crear peces transgénicos mediante modificaciones genéticas, lográndose colores muy llamativos, incluso especies no naturales que brillan en la oscuridad.

El punto negativo de la acuariofilia está en la extracción de peces e invertebrados acuáticos de su medio natural, la sobreexplotación motivada por la demanda creciente de estos animales ha alcanzado límites insospechables, hasta el punto que muchas especies están catalogadas como vulnerables ante su drástico descenso en el nivel de población. Promover la cría en cautividad y concienciar a la humanidad, sobre todo en los lugares que se recolectan masivamente, puede ser una buena opción para lograr una mejor conservación en su estado salvaje.


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